8 abr 2015

La abuela necesita besitos


"No hay medicinas para hacerse joven, 
pero yo creo que los besos le van bastante bien"

 "La abuela necesita besitos" (Editorial Proteus) es un álbum ilustrado que pretende informar a los más pequeños de la casa sobre las patologías que a menudo acompañan al proceso de envejecimiento de nuestros mayores, como es el caso del Alzheimer. Para el niño/a resulta difícil comprender que un adulto pierda el control de sus actos o tenga pérdidas de memoria. Y para sus padres, igualmente complicado es hacerles entender el proceso que seguirá la enfermedad y cómo deberán prestarles los cuidados adecuados para garantizar el bienestar, no solo del enfermo, si no de la  propia familia con el máximo respeto.  
Como saben nuestros lectores, son muchos los cuentos compartidos en este espacio que abordan la temática del Alzheimer, que de una u otra forma, ayudan a las familias a explicar la enfermedad a los pequeños de manera comprensible. Lo realmente especial de este álbum, es que en unas páginas lo hace de manera global y siguiendo la evolución de la enfermedad: cómo se pierde la noción espacio-temporal, la memoria reciente, la desorientación, la pérdida de habilidades psicomotrices, así como una serie de acciones recomendadas para estimular la memoria y las capacidades perdidas, recursos intermedios como centros de día, implicando a los niños/as en el proceso de cuidado. Y todo ello, por supuesto, aderezado con el máximo respeto y con el ingrediente principal, el que siempre perdura: el amor.
El cuento, dirigido a niños de entre 5 y 8 años, está escrito por Ana Bergua de manera precisa y sencilla, fomentando los lazos de amor intergeneracionales y gracias a las sensibles ilustraciones de Carme Sala  en dos únicos colores, el rojo y el negro, refuerzan el mensaje que nos quieren transmitir de manera natural.  
   Después de una caída, la abuela de Maite se ha ido a vivir a casa con la familia.  La verdad es que anda algo despistada y olvida las cosas con frecuencia. Mamá le ha explicado que ante estos problemas, lo importe es quererla mucho y Maite ha decidido pasar a la acción.  

Junto a su hermana Laura, ha realizado dibujos para colocarlos en cada una de las estancias de la casa que la ayudarán a orientarse, baberos gigantes para que no se manche, un álbum de fotos para recordar los nombres de cada uno con la ayuda de papá.

También hay tiempo para risas y travesuras...

O para hacer de maestras y contarle cuentos...


Maite entiende al fin,  que la mejor decisión ha sido tenerla en casa. Así, cuando su mirada se pierda, la harán regresar colmándola de besitos por toda la cara. 
No existe tratamiento médico para mitigar los efectos degenerativos de la vejez, pero los niños/as pueden aplicar la medicina más efectiva que son el amor y afecto.
Una delicia de cuento bajo una mirada optimista, vitalista y respetuosa.
Aunque está dirigido a niños de 5 a 8 años, lo hemos disfrutado en el aula, entre clase y clase y por alumnos/as de formación profesional que se dedicarán al cuidado y la atención de personas en situación de dependencia.  
Por esta casa también nos hemos rendido ante la historia de Maite,  y  una niña de 6 años que anda por aquí, lo ha interpretado a su manera...


Te puede interesar: