22 abr 2014

Como pez en el agua


"A partir de ahora 
me llamarás Océano..."
   Asistir a cuentacuentos con los pequeños es un momento mágico, de disfrute y grandes descubrimientos para ellos...y para nosotros. 
   En uno de ellos, pudimos conocer a Sebastián, un niño que "sabe nadar, bucear y flotar como nadie...". Y nos lo cuenta un narrador,  que conoce bien a su amigo. 

Y es que a Sebastián le gusta todo lo que tenga que ver con el agua.  Tanto es así, que nada más salir de su casa, lo primero que hace es mirar al cielo
"Si el cielo está despejado, despejado de nubes, baja la mirada y frunce los labios"

En cambio, a Sebastián, lo que realmente le hace feliz, es que el cielo esté nublado, que por supuesto llueva, pues necesita el agua para sentirse libre y en su medio ya que tiene un gran propósito: Convertirse en el mejor nadador de los Juegos Olímpicos de 2.020!

 Así pues, cuando no hay ni gota de agua a su alrededor, Océano busca sus propios remedios. Ducharse al llegar a casa o dibujar miles de gotas en sus libros cuando está en la escuela.

 Ya lo dice su amigo, "cualquier día de estos se cuela por el desagüe de la bañera y aletas para qué os quiero"....

Como pez en el agua, de Thule Ediciones, es un cuento dirigido a niños a partir de 5 años.  Su autor es Daniel Nesquens, un escritor zaragozano especializado en literatura infantil y juvenil que posee una extensa y premiada bibliografía. Sus textos se caracterizan por una imaginación extraordinaria con ciertos toques de humor, ironía e incluso surrealista. El ilustrador que da vida a las palabras en este álbum, es el barcelonés Riki Blanco, un dibujante cuya calidad está avalada por el segundo premio Nacional de Ilustración que le fue concedido por el Ministerio de Cultura en el año 2006. Sus ilustraciones hacen que la lectura de Como pez en el agua sea un deleite, representando a la perfección el amplio y propio mundo que  ha elegido Sebastián. Podría enlazar más información sobre ambos, pero prefiero que leáis la descripción que en el propio cuento se hace de ellos. Yo he tenido que leerla dos veces, porque no me lo creía. Seguramente,  un niño o niña, sólo habrían necesitado una, pues el lenguaje que utiliza encaja a la perfección con el nivel de comprensión, imaginación y magia que posee un niño y al que los adultos debemos volver para no olvidarlo. 
Y ahí están ellas! Buceando al lado de Océano...