Por Francisco Javier Jiménez Bautista*
Bernardo Atxaga probablemente es el escritor vasco más internacional de todos
los tiempos. Escribe en euskera y luego él mismo u otros traductores,
traducen sus obras a otras lenguas. No siempre es una traducción
exacta, a veces aprovecha para revisar los textos y corregirlos, como
explica él mismo en algunas entrevistas y escritos.
Su
obra abarca textos líricos, cuentos más o menos infantiles,
novelas, ensayos y una obra de teatro. Sus poemarios iniciales son
fundamentales para entender la poesía vasca de finales del siglo XX.
Pero son sus novelas las que le han dado fama internacional, en
concreto la creación del mundo de Obaba, un espacio mágico, de
cuento político en ocasiones, cruel, otras, que surgió de los
pueblos olvidados de Euskadi, como dice el propio autor. Dos
hermanos y Obabakoak
encierran el origen y desarrollo de Obaba. Es Bernardo Atxaga
innovador en la composición de los relatos, porque mezcla estilos y
géneros de una forma magistral. Si Obabakoak
es una novela de cuentos y personajes diversos, Dos
Hermanos es una fábula mágica
narrada por animales de trágico final. Hubo otros cuentos y relatos
ubicados en Obaba, quizá falte mencionar Memorias
de una vaca, magnífica
fábula sobre la posguerra en clave de humor y llena de ingenio.
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Bernardo Atxaga |
De
los innumerables cuentos y relatos juveniles no es el momento de
hablar, pero son un buen testimonio de la vida vasca de pueblo,
atávica, maravillosa y sorprendente.
DOS
HERMANOS
Dos
hermanos (Ollero & Ramos Editores. Colección Novelas Ejemplares, 1995) narra
los días que vivieron Daniel y Paulo, los dos protagonistas, después
de la muerte de su padre. El mayor de los hermanos, Daniel, es un
grandullón "monstruoso," con una discapacidad intelectual, y precisamente por ello, nos lo muestra problemático, no controla sus instintos y
provoca en Obaba desazón por su apetito sexual desmesurado y por su
fuerza animal descontrolada. Su hermano carga con la responsabilidad
de llevar el aserradero de los padres y de cuidarlo por mandato de
ambos padres. La madre se lo encarga avergonzada de haber tenido ese
hijo al que considera un animal. Su padre se lo pide en el lecho de
muerte convencido de que es la única alternativa para su hijo
Daniel. Pero Paulo tampoco sabe cómo cuidar de un hermano que se le
escapa, que empieza a meterse en líos cada vez más desesperantes,
con la ayuda de una prima ambiciosa y cruel, que actúa movida por
odios ancestrales, por envidia y por venganza. El trágico final, la
salida que decide Paulo, se ve venir desde el principio. Todos los
personajes de la novela son víctimas, incluso los animales, muchas
veces de sus propias acciones.
Es
el mundo olvidado, cruel y, al mismo tiempo, mágico de Obaba contado
por unas voces narrativas muy originales: el pájaro, la serpiente,
la estrella, las ardillas y la oca. Los narradores oyen una voz
interior que les conduce a Obaba con el fin de presenciar los
sucesos. Allí el pájaro y las ardillas encuentran a Daniel, en cuya
cabeza sólo habita una musiquilla. Es el motor de la acción, aunque
acaba siendo víctima de su ingenuidad. Es un muchacho gordinflón
del que todo el pueblo se ríe, o al que temen por su fuerza
descomunal. El pueblo, en boca del cura, es cruel con Daniel, pero al
mismo tiempo con Paulo, al que someten a una presión para deshacerse
de Daniel. La pérdida de control de Daniel en un juego tramposo
desata la ira colectiva y provoca la huida de ambos hermanos que se
arrojan al tren y se transforman en dos ocas.
La
novela está a caballo entre cuento, fábula y crónica cruel. El
tema es el sacrificio del inocente, hacerle víctima de su propia
discapacidad. Las fábulas clásicas narraban y explicaban el mundo
por medio de la voz de animales, tenían un objetivo didáctico y
moralizante, quizá también como esta fábula polifónica, , razón
por la cual este relato se hace más trágico aún, porque pone
delante del lector la capacidad de maldad del ser humano, sobre todo
si actúa delante de la sociedad . Es decir, la sociedad, el pueblo,
se convierte en verdugo del diferente, del otro, aunque sea inocente.
De
Daniel se dice que es repugnante, gordo, muy alto, de cabeza casi
vacía, monstruo, animal, buey, etc. Su hermano Paulo es el
contrapunto ideal: rubio, ojos azules y tímido. Pero tiene unas
ojeras que delatan el drama interior que está viviendo.
El
sexo es un elemento importante en la narración, es el instinto
irrefrenable, está presente en Teresa, en el cura y en Daniel, en
este último sin autocensuras, es un sexo animalizado. El
representante de la moral en el pueblo, el cura, censura los actos de
Daniel y por ello sugiere encerrarlo como si lo único que le
preocupara del muchacho fuera su apetito sexual, relegando al pobre
Daniel a un estado animal, instintivo. No es la primera vez que el
pueblo, la gente, asocia sexo con locura, simplificando de forma
descarnada, pero no es el momento de profundizar en ese aspecto,
quede, eso sí, el apunte. La actuación del cura es doblemente
despiadada, porque acusa y encabeza la opinión pública contra el
inocente y porque se desentiende del muchacho, ya que no tiene
“entendimiento”.
De
forma muy distinta participa la naturaleza, que observa atenta la
acción. En la voz de los animales vemos su sorpresa ante las
palabras y los hechos de los hombres, que no siempre comprenden. La
naturaleza es la ley antigua, la que rige los destinos del pueblo y
los narradores son los únicos seres racionales del relato, los demás
actúan brutalmente, en contra de sí mismos y de los suyos. El
pájaro es el pensamiento etéreo, la espiritualidad, de Daniel dice
que es monstruo y de Paulo resalta que es un hombre, a Carmen la
emparenta con las serpientes. El relato de la serpiente es
completamente diferente, ella es sigilosa y está dotada de un estilo
arrogante, según sus palabras, sumisión en el relato es estúpida,
Carmen hace bien en tener pensamientos malvados, repito que según la
serpiente. La ardilla es un trasunto del alma de Daniel, juguetona e
instintiva. La oca, finalmente, se asocia en la literatura al destino
y aparece como madre, que acoge en su seno a los dos hermanos. Paulo
es pájaro, Daniel es ardilla y Carmen es serpiente.
Desde
el principio todo apunta a la tragedia, aparentemente la del otro, la
del diferente, la del inocente, pero, en realidad, es la de todos. El
fuerte acaba devorando al débil, la serpiente al pájaro y la oca a
la serpiente. El entramado simbólico de la naturaleza, los animales
y el paso del tiempo, verano-invierno, tiene mucha trascendencia en
la literatura occidental, daría para otro comentario exclusivo.
Son
muchas las sugerencias de lectura del libro, muchas las preguntas
después de la lectura. No termina la novela cuando vemos a las ocas
siguiendo a la oca madre volando por los cielos, sino cuando
escuchamos nuestra propia voz interior.
Te Interesa:
Dos hermanos (1995) de Bernardo Atxaga. Una Fábula Mortal. Artículo de Mari José Olaziregi
Las Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo están caracterizadas por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa que se manifiesta en habilidades adaptativas conceptuales, sociales, y prácticas. Es decir, implica una limitación en las habilidades que la persona aprende para funcionar en su vida diaria y que le permiten responder en distintas situaciones y en lugares (contextos) diferentes.
La discapacidad intelectual se expresa cuando una persona con limitaciones significativas interactúa con el entorno. Debemos que recordar que NO se trata de una enfermedad mental. Por tanto, depende tanto de la propia persona como de las barreras u obstáculos que tiene el entorno. Según sea un entorno más o menos facilitador, la discapacidad se expresará de manera diferente. A continuación, para llegar a conocer y profundizar más sobre el tema os dejo los enlaces a las instituciones que trabajan por y para defender los derechos de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y sus familias.
FEAPS Extremadura Federación de Asociaciones en Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo de Extremadura
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